sábado, 10 de octubre de 2009

HABLAR DE LA FERIA por última vez (al menos este año)


¡Ya está bien de artículos en los blogs sobre la feria!
Todo el mundo ha escrito sobre este tema antes de que empezara, cuando se inició, y como trascurrió, incluyendo los actos, eventos, circunstancias, y vicisitudes ocurridos durante el transcurso de la misma, así como su final.
Hemos leído diversas formas de ver la feria, se han escrito toda clase de anécdotas de nuestra infancia y/o adolescencia así como las propias vivencias, supongo que reales (hay quien le da más importancia a la narración que a la historia)
Yo para no ser menos, estaba pensando como, que, o sobre que, iba a tratar mi último artículo de la feria, pero como no lo he pasado bien, como solo me he acercado un par de veces, he decidido no decir nada, porque nada hay de interesante.
Pero sin embargo, y comentando esto con alguien que conozco desde hace muchos años, y sabiendo que le gusta contar sus experiencias, pensares, anhelos y ¿porque no? Paranoias, con la paciencia que me caracteriza, y en la espera de sacar alguna buena conclusión de su relato, me presto a escucharle y si lo creo oportuno lo trascribiré en este medio para evitar largos espacios de tiempo entre mis artículos.
Conste que no me hago responsable de las opiniones de nadie. De este sujeto al que conozco bien, o creo conocer (a veces lo dudo), no me responsabilizo tampoco, si bien apoyaría sus ideas dado el aprecio que le tengo (no tiene mas amigos que a mi).
Empieza su relato un tanto triste, porque se siente desplazado, o “fuera de lugar” (como me confiesa)
No te preocupes, ¡anímate!, cada persona es un mundo, y tú eres alguien muy particular. Peculiar más bien, le digo,agradecido como es, y muy introvertido también, va y me comenta:
Pues mira querido Vicente, para mi, la feria no es mas que un recordatorio de como fue en mis tiempos de juventud, he vivido grandes momentos. Recuerdo todos y cada uno de los años de mi adolescencia, pero con una gran añoranza. Me da pena que ya hayan pasado, y me entristece más aún que no exista posibilidad alguna de repetirse.
Este año podría decir que ha sido uno de los mas aburridos, no he tenido ganas de nada, creo que la depresión está construyendo su morada en mi ser.
No empieces de nuevo, no veas la botella medio vacía, piensa en positivo y verás como te sientes mejor, le recrimino al mismo tiempo que observo que me escucha con atención. Empiezo a ver como cambia el semblante de su rostro, veo como los ojos que hasta ahora mantenía un tanto caídos y tristes, los abre y su mirada es ahora mas alegre.
Pues si, llevas razón Vicente, no tengo porque quejarme, aunque como te decía, este año que no ha sido nada espectacular como eran los de mi juventud, si fue bastante sosegado y divertido, pero sobre todo, ¡el fin de semana ha sido una verdadera maravilla!, ¿sabes porqué?, sencillo: Ocurre es que no lo he pasado en Úbeda.
¡No me digas! Amigo mío, no me digas que te has marchado fuera en plena feria, le increpé mientras observaba en él una amplia sonrisa que demostraba cuanto decía y probaba que lo debió pasar bien.
¡Cuenta, cuéntame! Le dije, intrigado y expectante de cuando me iba a narrar.
Te comento: Pues resulta que mis familiares (como suelen hacer últimamente), un día antes me proponen que me vaya con ellos a la playa ¿Qué te parece? Sin pensarlo y como hago siempre: les dije que si, que encantado, aunque con el temor de sentir añoranza de feria, ya que el tiempo prometía ser bueno y podríamos disfrutar.
¡Pero para disfrutar: En la Playa! Ha sido un fin de semana corto pero bien aprovechado, con decirte que nos hemos bañado varias veces. Un viaje magnifico, unas charlas amenas, productivas, divertidas y emotivas (paterno filialmente hablando). Proyectos en perspectiva que se cumplieron prácticamente a expensas de los últimos trámites.
Hablando de baños, te cuento Vicente una anécdota porque se que te vas a reír, jejeje….
Cuenta tío, cuenta, ya me estoy riendo porque se por donde vas, te conozco como si te hubiera parido, jajaja…, le dije sin parar de reír porque me temía lo que me iba a contar.
Sabes de mi afición al nudismo (playero sobre todo), aunque esa playa no es nudista y recordando que por Ley, en España está permitido el desnudo integral, además de que apenas había bañistas (pues me fui a un extremo de la playa), allí me encontraba a gusto, solo, tranquilo y satisfecho de una buena comida acompañada de un buen tinto de verano, lo que me apetecía no era otra cosa que exponer mi cuerpo al sol del Mediterráneo y nada me lo impidió, jajaja…., pasados unos minutos, veo venir una pareja de recién casados (lo supuse por los arrumacos que venían haciéndose mutuamente), a bastante distancia de donde me encontraba yo, veo que el caballero se para, coloca a su mujer de espaldas y le susurra algo gesticulando con los brazos y acto seguido ambos vuelven sobre sus propios pasos, jajaja….¡hay gente para todo y veo correcta la actitud de cada cual! Yo seguía disfrutando de la naturaleza y/o naturismo en todo el sentido de la palabra, y deseando seguir en mi gozosa soledad.
Solo desde muy, pero que muy lejos de nuestro Astro rey, y sintiendo su agradable tacto sobre mi piel, observo la proximidad de un señor algo entrado en años, que venia ejerciendo un rítmico y lento paseo. Apenas me preocupaba, primero por su sexo y segundo porque esperaba la misma reacción que la pareja que le precedió. ¡¡Me equivoqué!! Me distraje un poco y cuando quise darme cuenta, lo tenia encima, jajaja… Prudentemente puse (lo tenia a mano), el bañador sobre la parte menos vistosa de mi ser, pero ya era tarde, porque el buen señor ante tan atípico espectáculo, no miró donde ponía el pie, y tras un aparatoso tropezón, cayó al suelo justo delante de mis narices. Como es de suponer, me levanté lo más rápido que pude para socorrerle, sin percatarme de mi desnudez. Abierto de piernas ante el caído trataba de asirlo por las axilas para levantarlo. ¡Imaginate Vicente el trance! El hombre, boca arriba miraba asombrado aquella visión que la casuística puso ante sus ojos, jajaja…..
Tras las lógicas disculpas por ambas partes, y verificando que no había herida alguna, cada cual volvió a su puesto, yo sin poder aguantar la risa y él su paseo lento y pausado, pero no en sentido contrario, sino hacia donde iba, volviéndose sin embargo pasados unos pocos metros, ¿porqué?. No quiero ser mal pensado, pero se que hay personas a las que les gusta ver la misma película varias veces, jajaja…..
¡Desde luego, eres la leche, te pasa cada cosa, joé… joé!, le dije mientras sentía dolor en las mandíbula de abajo y en el diafragma debido a la risa que me había contagiado, jajaja….
Vicente, se que te gusta escribir y que tienes tu propio Blog, pero ¡no serás capaz de contar esta historia!, ¿verdad?.
Jajaja…… Según por donde me dé, jajaja...... Además no tiene nada de malo, ¡vamos digo yo!


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