"HOY me propongo que sea el COMIENZO de todo, porque AYER no lo conseguí. Lo peor del caso es que MAÑANA también pretenderé que sea el COMIENZO de todo, ignorando que HOY es el AYER de MAÑANA"
martes, 29 de marzo de 2011
EL PELIGRO AMARILLO
SIN COMENTARIOS por mi parte, pero convendría que se leyeran algunos de los COMENTARIOS a este video en YooTube
martes, 22 de marzo de 2011
EL BINOMIO: “Placer-Dolor”
Habría que desmontar tantos tópicos como existen sobre el tema, y aplaudir cuantos meritos auténticos albergan todas las personas autenticas y legales, ¡¡que las hay!!
Toda persona que dice, decimos, y/o suponemos que está “sufriendo” con algo que, puede dejar de hacerlo, con toda seguridad es: porque en realidad está “gozando”.
Me refiero a aquel o aquella que siente cierto placer y goza, mientras desarrolla o vive, algo generalmente considerado como doloroso, resignado o sacrificado.
Insisto en que el verdadero sacrificio y el dolor solo está en aquellas personas que realizan algo sin quererlo, contra su voluntad, sin que les guste, y sin embargo, lo hacen.
Aquello que nos cuesta es lo que tiene merito, al contrario de lo que nos satisface, porque no es meritorio ya que no supone esfuerzo alguno, sino que deseamos hacerlo, ejercitarlo o llevarlo a cabo.
Quien va a trabajar diariamente, sin quererlo ni gustarle, y lo hace bien, es digno de alabanza. Aquel que hace lo mismo, pero sintiendo placer, realizando y pensando que su trabajo coincide con su afición, no tiene merito alguno.
¿Dónde está la valía de aquella persona que con entusiasmo, con placer, con amor, se dedican a cuidar enfermos, asistir moribundos, sacrificarse por el prójimo, dedicar su vida a los necesitados, servir al pueblo religiosa o políticamente hablando, si lo hace porque le gusta y le place?
Si realmente lo que siente es: Placer y satisfacción y no quieren vivir de otra manera, y no cambia ese modo de vida por otro lleno de comodidades, lujos y venturas, no son más que egoístas que viven como quieren vivir. El mérito lo tendrían si cambiasen a esa otra vida que no les gusta, eso sí que para ellos supondría un sacrificio.
No quiero extrapolar todo esto, y aún menos servirme de ejemplos, para no herir susceptibilidades ni escandalizar a mentes sensibles. Por ello, termino aquí este artículo, redactado bajo una presión psicológica, especial y puntual.