jueves, 15 de octubre de 2009

CURSO DEL 63


¡¡Deseando estoy de ver el próximo martes el capitulo del docu-reality televisivo: “Curso del 63” de antena 3!!

   No había visto nada de dicha serie, por considerarlo como todo o casi todo: “Tele basura”
No veo apenas la televisión, tengo otras cosas en que emplear mi tiempo libre.
     Pero he oído varios comentarios sobre esta serie, y me picó la curiosidad, ha sido por ello que la otra noche busqué en Internet y halle el primer capitulo, el cual me empapé de cabo a rabo, se me hizo el tiempo muy corto, ameno y sobre todo: divertido.
     Sentí la agradable sensación de haber vivido esas experiencias, me veía en la piel de cada uno de los protagonistas, ha sido un verdadero cúmulo de sensaciones.
     Me he visto identificado como autor, protagonista y reo de casi todas las circunstancias por las que están pasando estos chavales. Pero con una gran diferencia: Ellos se sienten escandalizados y no comprenden la situación que están viviendo, es: como si no se lo creyeran. Pero yo que estaba en los comienzos de aquella década, en plena actividad colegial, para mi “eso” era lo normal.
     Es lo que había, así se administraba la educación, así se comportaban los profesores, sobre todo en el internado, solo estuve un año (no en el “San Severo”, sino en el “Beato Juan de Ávila”), pero suficiente para conocer y llegar de comprender aquel mundo que hoy vemos en una retrospectiva magníficamente interpretada.
     Yo he sentido en mis carnes la agresiva actitud de los profesores, su incomprensión, dureza y disciplina, he sido castigado y arrestado como se ve en el docu-reality.
     Yo he tenido que comerme los potajes tapándome la nariz con la otra mano.
     Yo me he metido (para esconderlos), los boquerones fritos y “apestosos” (de varios días), en el bolsillo del babi, para después tirarlos al water. Siendo de inmediato amonestado por asegurar que las manchas de aceite en el bolsillo eran agua de haberme lavado las manos.
     Yo he visto como nos quitaban todos nuestros pequeños objetos personales: mecheros, llaveros, amuletos u otros artículos (no teníamos pilsen’s).
     Yo he mantenido debajo de la plantilla de mi calzado deportivo, una navaja que me gustaba y que no estaba dispuesto a perder.
     Yo he tenido vejigas con sangre en la planta del pie a consecuencia de esa custodia.
     Yo fui arrestado, quedándome en el colegio durante todo el fin de semana sin poder estar con mi familia hasta la semana siguiente, tan solo por mi osadía de responder a un profesor, equivocado en su amonestación.
     Yo he estado en pié junto a mi catre (como todos los demás en el dormitorio) durante varias horas de la noche por no haber hecho bien la cama.

     He comentado ya, algunas otras experiencias juveniles-colegiales en mi anterior artículo: http://uvejotalmagro.blogspot.com/2009/09/ya-va-siendo-hora-de-volver.html. Me dejo mucho en el tintero. Comentaré más vivencias a colación de sucesivos capítulos de esta serie, que seguro me traerán recuerdos concordantes.

     Mis hijos no se lo creían cuando lo contaba, pero ahora viendo la serie, me dan la razón a la vez que se parten el pecho de risa con las peripecias de estos chavales, que dicho sea de paso, no se de donde narices los han sacado, porque…¡¡vaya ejemplares de “nenes”!! Antes, en nuestros modales, presencia, atuendo y personalidad, éramos mas “normalitos”, y no llorábamos tanto, jejeje….

Continuará….

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2 comentarios:

Perikiyo dijo...

Lo malo de estos chavales es que ellos no han conocido el ambiente de aquellos años.
Han vivido su etapa colegial tal y como se vive ahora y, después, de golpe y porrazo, y sin anestesia, les han sumergido en la década de los sesenta.
Así se hace más difícil la adaptación.
En cualquier caso me parece que, como en casi todo, en la educación lo más apropiado es el eauilibrio. Ni las duras normas de antaño, ni la permisividad de hoy.
Saludos.

Uvejota dijo...

Por eso digo que: algunos ni siquiera se lo creen.
Llevas toda la razón: “En el término medio está la virtud”
Sería interesante ver, que aspectos de hoy habría que mantener (que los hay), y cuáles de los antiguos habría que recuperar (que los hubo).
¡Bonito tema para un nuevo artículo!, ¿no crees?
Cordiales saludos
v.j.